Contracultura y narcocultura

CONTRACULTURA Y NARCOCULTURA EN DOS PÁRRAFOS
Contracultura es más propia de los años sesentas, setentas, cuando los jóvenes se dejaron crecer el pelo, vistieron de manera informal y vistosa, escuchaban rock, experimentaban con drogas, yoga, meditación, vegetarianismo y su lema era “amor y paz”. Era un movimiento pacífico, hedonista, que abarcaba todos las capas, todos los estratos. No obstante fue reprimido. Las escuelas prohibían el pelo largo, los músicos de rock encontraban todo tipo de dificultades, los que viajaban a la sierra en busca de psicodelia eran sofocados por el ejército, la policía hacía lo propio en las ciudades. Proliferaba la música en inglés y la contracultura contaba con integrantes en todos los países. No ha muerto, pero como moda ya pasó. Puede volver.
En el país mexicano ha proliferado la narcocultura que escucha música de banda y narcocorridos, cuyos integrantes visten a la moda texanamexicana, visitan centros botaneros y compran al narcomenudeo. Movimiento popular que tampoco está exento de represión. La violencia de los sicarios y sus enemigos y el combate frontal al narcotráfico han minado la narcocultura y desanimado un poco a los seguidores. Las ejecuciones en el mundo musical norteño son frecuentes. La moda Emo vino y se fue, o al menos esa impresión da. Bastó el video de un linchamiento a una chica emo para que el desánimo se propagara como incendio.