César Espino Barros - Democracia Directa video 2a pte

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Frecuentemente pensamos que vivimos en una democracia porque podemos votar. Pero democracia no es votar, democracia es mandar, y nosotros acudimos a las urnas a ceder la facultad de mandar. ¿Dónde veo yo que no hay democracia o que a la democracia representativa le hace falta representar nuestros verdaderos intereses y satisfacer las necesidades más apremiantes? Esto lo veo en el problema de la inseguridad que no se ha resuelto, que no se prevé su pronta resolución. Seguridad ha sido el reclamo más apremiante de la sociedad nayarita de un par de años a la fecha y no ha podido satisfacerse. La pregunta obligada es, ¿entonces a quién representa la democracia representativa? ¿Son de cartón las figuras en el poder? ¿Quién es realmente el gobierno? ¿Cuál es esa tercera parte, algo esotérico, secreto?
La oferta electoral es variada, pero no se hace mucho énfasis en la ideología, izquierda, derecha, tampoco se mencionan las tendencias económicas que se seguirán. Candidatos de buena imagen y trayectoria son promovidos con espectaculares, lonas, volantes y todo tipo de obsequios y promesas de ayuda, servicios y empleo. Al acudir a las urnas estamos aceptando un representante y su partido a los cuales vamos a llevar al gobierno. ¿Y gobierno qué es? Es la administración del desarrollo pero también es un escaño en importancia, un escalón arriba, es poder. Al ponerlo en ese lugar vamos a dar origen a una partidocracia y vamos a sentir su efecto. Abajo está el gobernado y encima está el que gobierna y su gente y si alguien pone en duda tal estructura pues para eso hay toletes y gases lacrimógenos y el respaldo de la clase armada en sus distintas variantes y represalias de toda índole. Lo vemos a diario a nivel mundial. Los gobiernos que llegan por el voto se consolidan con las armas. En realidad votamos por la ley del más fuerte. ¿Para qué pelear si podemos votar? El que supere en número tiene más probabilidades de ganar la contienda. Al votar por la ley del más fuerte la razón no queda en el poder, queda el músculo, queda el azar. Y tenemos abundantes ejemplos de promoción del irracionalismo, basta revisar la cronología de los conflictos armados del siglo XX a la fecha. A la hora que se acaben las guerras y la violencia, y la razón y la educación sean los protagonistas del desarrollo social el escenario habrá girado 180 grados. En rescate del principio de igualdad es el ánimo de subir todos a ese peldaño gubernamental y no poner a un representante. Entonces seremos tan importantes como el gobernador o el presidente porque trabajamos en planeación democrática en sustitución de sus funciones.
Para el gobierno el individuo no cuenta. Su albedrío se ve reducido al mínimo y lo que resulta es un perfil de servidumbre y temor que es necesario para realizar con éxito las labores de procesamiento. Gobierno implanta un condicionamiento social que ignora garantías y derechos. En rescate de la razón, de los derechos y libertades del individuo y para estar más acordes con la condición humana es este movimiento de Democracia Directa en particular, que al querer el cambio obviamente no es un conservadurismo. Es un liberalismo que admite la pluralidad ideológica de sus integrantes y se promueve a nivel de candidatura ciudadana.